Otra oportunidad
Hermoso como los caracoles que se juntan en el agua caliente se
levanta el árbitro de las abejas en la plantación inagotable de los nuevos
errores.
Poesía pudo ser un cerebro que bailoteaba fox-trot en el túnel de
los átomos pesimistas y poesía la liebre del rey escaqueándose por la
ventanilla invernal de las secretarias eclécticas.
Amó al pájaro que florece y al cerrajero incunable hervido por los
profetas.
El poeta es un buzo en traje de luces a prudente distancia de
cualquier esposa.
Con solo escuchar la palabra noche se deshace la madeja de los
estanques y las campanadas hundidas interceden por los camareros pecosos que
entierran vivos en los cubiletes de arena lunar.
He visto cruzar por tu frente un pelotón de girasoles con destino
a la Eneida.
La certeza de los que fracasan multiplicaba por tres la utilidad
de la Tierra.
Hermosa como un ciclista al romper la cinta de las alpargatas en
la Vuelta del Más Allá baja la hermana nieve a testimoniar su influencia sobre
el agua secreta.
Poesía fue el hígado de Prometeo que guardaba Jiří Kolář en la
mesilla de noche.
Poesía el malhumorado corazón del camarada Osiris plantado por el
inatrapable en cada barómetro de la Acrópolis.
Se mire por donde se mire la brisa de los abanicos tiene
demasiadas reticencias con el moho de los incensarios.
Hermoso como los caracoles que se juntan en el agua caliente y los
gorriones borrachos de Dylan Thomas, el poeta aguarda tralarí tralará otra
oportunidad.
J.C. Mestre
(del libro La bicicleta del panadero)
(del libro La bicicleta del panadero)
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